Día Internacional del Huevo – 14 de Octubre

13 octubre, 2017

Es un alimento que aporta pocas calorías (75 kcal) y tiene muchos nutrientes. Es fuente de proteínas, minerales (hierro, magnesio, zinc, selenio, fósforo, potasio y calcio) y vitaminas (A, B, D, E y K).

La densidad nutricional del huevo es muy favorable en relación a otros alimentos fuente de proteínas, como la carne. Por esto, el consumo de huevo es adecuado para personas que ingieren una limitada variedad de alimentos, y que necesitan asegurar la ingestión de nutrientes esenciales.

La composición proteica del huevo es considerada de alto valor biológico, ya que contiene todos los aminoácidos esenciales y en la proporción adecuada “ideal”, para cubrir las necesidades de los individuos. Se utiliza como patrón de referencia para la evaluación de la calidad proteica de los alimentos.

Se considera una fuente de proteína altamente digestible ya que más del 95 % de la proteína del huevo es digerida y resulta disponible para cubrir las distintas necesidades del organismo. Por ello, puede ayudar a controlar el apetito y mantener el estado muscular. Y al no aportar purinas, no genera riesgo de desarrollar ácido úrico.

La cáscara es una estructura muy compleja que contribuye al sistema de defensa frente a la contaminación microbiana del huevo y es un excelente envoltorio natural que preserva el valor nutricional del huevo entero.

En la actualidad encontramos en el mercado huevos en cáscara enriquecidos en  omega-3, esto es posible gracias a la incorporación de aceite de linaza o pescado en la ración de las gallinas, cuyo consumo ha demostrado reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y mejorar las funciones visuales y mentales.

La yema contiene 210 mg de colesterol por huevo, pero el de la dieta no es el principal responsable de los niveles de colesterol circulantes en nuestro organismo. De hecho se señala que la cantidad y el tipo de grasa ingerida, es muy responsable incluso más que el colesterol, aumentando los niveles de colesterol “malo” en paralelo con el incremento del consumo de grasas saturadas.

Es importante destacar que otros compuestos del huevo como los AGPI, antioxidantes (carotenoides, vit. E, selenio),
fosfolípidos (lecitina y esfingomielina), vitaminas del grupo B y folato pueden contribuir a contrarrestar el posible efecto negativo del consumo de colesterol.

Su composición en colina mejora la función mental en personas con déficit de acetilcolina como son los enfermos de Alzheimer y personas mayores con demencia presenil. Además, incrementa la
secreción de bilis y previene su estancamiento en la vesícula, evitando la formación de cálculos y favoreciendo su disolución o eliminación.

Sus carotenoides tienen un importante efecto antioxidante,
antimutagénico y anticarcinogénico.

Se recomienda el consumo de un huevo por día.

Tiene una excelente relación calidad – precio y es un ingrediente básico y versatil a nivel culinario.